jueves, 4 de septiembre de 2008

Historias de Vida - Gino Crovetto un atleta especial y un gran ser humano con autismo

Durante nuestra vida Gino (mi hijo con diagnóstico autista severo) y yo, habíamos pasado por muchas etapas llenas de encuentros y desencuentros, no era fácil comprender a un niño que a veces miraba y otras no, unas veces entendía y a veces parecía sordo, ciego y por supuesto siempre mudo. Las noches eran largas, muy largas y llenas de llanto y gritos y cada momento de frustración era una pataleta, los días a veces no eran mejores, tener al niño corriendo por todas partes ansioso, sudoroso, sin parar , horas y horas haciendo travesuras o arriesgando su propia vida sin sentido del peligro (Gino de pequeño era experto en caminar por los bordes de las ventanas y en cruzar pistas sin control detrás de un chocolatero o heladero), era una situación que por momentos parecía insostenible.

Lo único que nos mantenía unidos era su gran capacidad de dar cariño, (aparentemente contraria a la característica autista) pero muy reforzada por mi, muchos besitos, abrazos, (aunque le disgustaran), sonrisas, cosquillas y juegos, la gran necesidad que teníamos ambos de estar juntos, expresar cada uno a su manera lo que sentía por el otro y compartir nuestros momentos de alguna manera que nos permitiera conocernos, aceptarnos y disfrutar de la vida, fue lo que sirvió de base para que una relación tensa y demandante se convirtiera con los años en la relación mas maravillosa que puedan tener una madre e hijo, una relación de amistad. Y fue gracias al deporte que los dos encontramos un medio para mejorar nuestras vidas, sentirnos mejor con nosotros mismos y pasar muchos ratos disfrutando de una vida sana y llena de satisfacciones.




COMO EL DEPORTE CAMBIO NUESTRAS VIDAS


Existen muchas terapias y tratamientos para lograr avances significativos en la vida de las personas que padecen de autismo sea severo y que posean rasgos del mismo. Tratamientos farmacológicos, conductuales, biológicos, nutricionales, etc., en realidad si la terapia no es integral no se pueden avanzar ciertas áreas del desarrollo de la persona con autismo.

Pero fuera de todas esas terapias, todos los seres humanos tenemos el derecho de crecer, madurar y establecer vínculos con otros seres humanos fuera de una terapia o un tratamiento, hacer amigos, compañeros e integrarnos al mundo.

El deporte presta una invalorable herramienta para que las personas puedan superar metas de alto rendimiento.

En el caso particular de Gino se lograron grandes avances integrándolo en un circuito deportivo desde los 10 años, primero entrenando en la playa y trotando grandes distancias (10 kilómetros diarios) y luego ingresando a diversas disciplinas deportivas.

En las pesas fue donde Gino a pesar de sus discapacidades conductuales logró superar y llegar a ser 3 años consecutivos medalla de oro en levantamiento de pesas en Olimpiadas Especiales.

Pero el entrenamiento de Gino fue un entrenamiento de la calidad de cualquier atleta, su técnica tuvo que ser preparada a un nivel de alta competencia, a tolerar los cambios de rutina , los incrementos en las cargas (aprender a dominar los 140 kilos que levantaba) y su preparación física tuvo que estar integrada por profesionales que lo ayudaran a sobrellevar aquellas fallas de su conducta que hacían que pierda la concentración adecuada para competir.


Y todo ello lo ayudaron en la vida, a entrenar con personas sin discapacidad que pudieran conocerlo más allá de su silencio y pudieran comprender que en el deporte no hay necesidad de palabras sino de conocimiento y dominio de si.

Gino nos enseñó a todos a dedicarnos más allá de cualquier estímulo que nos separar de la eficiencia y la superación de nosotros mismos.


El entrenamiento diario le dio disciplina y orden para poder realizar sus demás actividades de una manera eficiente y a tolerar el stress que nos produce el tener que rendir de una manera eficiente en las labores que la vida nos presenta.


El caso de Gino es el de una persona con autismo severo que no habla y que hasta el día de hoy presenta trastornos conductuales (mínimos si consideramos el rasgo severo que lo caracterizará de por vida), que ha sabido dominar una disciplina deportiva y competir en su momento con personas que tienen menores discapacidades que el.


El nivel de entrenamiento de Gino tal vez pudo haber sido mayor en otro país, donde existen numerosos lugares que fomentan y desarrollan programas deportivos especializados desde hace muchos años, pero no existen lugares especializados para autistas. Claro que no fue negativa su experiencia, a raíz de lo vivido (sobre todo por la enorme integración que Gino reveló) muchos especialistas se interesaron en el campo de los beneficios de la actividad física en las personas con autismo, inclusive se desarrolló un programa para mejorar la conducta de los autistas, siempre que llevado hacia el campo de la psicología.


A nivel mundial el desarrollo del área deportiva de personas con autismo ha sido aislado, grandes record logrados por autistas en natación y otras disciplinas han demostrado a sus entrenadores que el autismo es una discapacidad mental pero no física y si bien existen ciertas limitaciones, con un buen entrenamiento estas son superadas y poco tiempo.


No existen instituciones que desarrollen el potencial que poseen las autistas en el campo deportivo de una manera global, conocemos casos de músicos geniales, pintores y otras genialidades de los autistas que poseen habilidades más allá de lo normal, pero en el caso de las habilidades deportivas no existen entrenadores que sepan lidiar con las pataletas y algunos comportamientos no adecuados de los autistas, que con el entrenamiento diario van desapareciendo.


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